El 28 de abril de 2025, el repentino y masivo apagón que sumió a España y Portugal en la oscuridad alteró la vida cotidiana en toda la Península Ibérica, ya que en cinco segundos, la región perdió aproximadamente 15 GW de energía, lo que representa alrededor del 60% de su suministro eléctrico.
Un pico repentino de tensión y una planificación inadecuada de la red eléctrica desencadenaron esta rápida reacción en cadena, lo que provocó una serie de cortes de electricidad que finalmente colapsaron el sistema eléctrico. El apagón masivo que azotó España y Portugal el 28 de abril no solo sumió a los residentes en la oscuridad, sino que también sirvió como una llamada de atención para los operadores de la red eléctrica de todo el mundo.
El 17 de junio, el gobierno español publicó un informe oficial de investigación sobre el incidente, afirmando que el apagón masivo ocurrido en la Península Ibérica el 28 de abril fue causado por un aumento de voltaje que desencadenó una reacción en cadena, que finalmente llevó al colapso de la red eléctrica, y descartando la posibilidad de un ciberataque.
El informe de investigación identificó cuatro etapas de descontrol de voltaje:
1. Fase previa al incidente: Varios días antes del accidente, ya se habían producido fluctuaciones de tensión en la red eléctrica. En la mañana del 28, cuando ocurrió el incidente, las fluctuaciones de tensión fueron más graves de lo habitual.
2, Fase 1: Oscilación del Sistema (12:00-12:30) Se produjo una oscilación anormal en el sistema, y el operador tomó medidas para amortiguarla según el plan de contingencia, incluyendo el fortalecimiento de la malla de la red y la reducción de la transmisión de energía a través de las líneas de interconexión con Francia. Si bien estas medidas mitigaron la oscilación, tuvieron como efecto secundario un aumento en los niveles de voltaje.
3, Fase 2: Pérdida de capacidad de generación eléctrica (12:32:57-12:33:18). La tensión comenzó a aumentar rápida y continuamente. En cinco segundos, 15 GW de generación eléctrica (equivalente al 60 % de la generación eléctrica total) desaparecieron repentinamente, y las instalaciones de generación eléctrica en muchos lugares sufrieron desconexiones graduales y a gran escala de la red.
4, Fase 3: Colapso del sistema (12:33:18 - 12:33:30) El aumento continuo de tensión desencadenó una reacción en cadena de desconexiones de la protección contra sobretensiones, y cada desconexión exacerbó el aumento de tensión, creando un círculo vicioso. Al mismo tiempo, el sistema experimentó una caída repentina de frecuencia, lo que provocó la pérdida de sincronización con la red eléctrica francesa y la interrupción de las líneas de interconexión europeas, lo que finalmente provocó un apagón en toda la península.
El Gobierno español ha anunciado una serie de medidas para mejorar la estabilidad de la red y mejorar las capacidades de regulación de voltaje del sistema, y para promover una mayor interconexión e integración entre la red de la Península Ibérica y la red europea.
En conclusión, el apagón español sirve como advertencia a todos los países para que prioricen la seguridad, la estabilidad y la resiliencia de sus sistemas eléctricos, al tiempo que fortalecen la cooperación tecnológica, gerencial e internacional.
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